CANNA Especial Hierbas Aromáticas hace que el cultivo de tus hierbas culinarias favoritas sea más divertido y accesible. Diseñado para plantas como albahaca, cilantro, tomillo, perejil y eneldo, este fertilizante completo garantiza un crecimiento exuberante y un sabor inigualable. CANNA utiliza nutrientes puros y quelatos de alta calidad para proporcionar a tus plantas lo que necesitan de manera inmediata y completa.
Cultivar tus propias hierbas es un proceso sencillo y gratificante. Llena una maceta con buen drenaje con CANNA Terra Seedmix y siembra las semillas a una profundidad de 2 a 3 milímetros. Deja suficiente espacio entre las semillas y riega la maceta por primera vez. La fertilización es necesaria cuando las primeras tres hojas sean visibles. Cubre la maceta con un vidrio o papel de aluminio sin exponerla directamente al sol. Asegúrate de dejar suficiente espacio entre el sustrato y el vidrio o aluminio para permitir que las plántulas crezcan por encima del suelo.
Si notas una densidad excesiva de plantas en la maceta, puedes trasplantar las plántulas una vez que tengan dos o tres hojas. En ese momento, coloca la maceta en un lugar soleado, ya que las hierbas aromáticas requieren luz. En invierno, considera utilizar una luz de crecimiento de al menos 50 vatios y proporciona 14 horas de luz al día. Riega tus hierbas regularmente, generalmente una vez a la semana, y añade CANNA Especial Hierbas Aromáticas al agua.
Cuando llega el momento de la cosecha después de cuidar tus plantas con cariño durante varias semanas o meses, aquí tienes algunos consejos:
Para hierbas donde el aroma es crucial, como romero, salvia y melisa, es mejor cosechar alrededor del mediodía, cuando tienen la mayor cantidad de aceites esenciales.
Cosecha las hojas superiores con pecíolo, lo que estimula el crecimiento de nuevas ramas laterales.
Si cosechas en exceso, quita las hojas inferiores de los tallos cortados y colócalas en un vaso con un poco de agua o guárdalas en una bolsa de plástico en el refrigerador para mantenerlas frescas y crujientes.
Si no tienes espacio en la nevera, también puedes congelar las hierbas. Enjuágalas con agua fría, sécalas sacudiéndolas, colócalas en pequeños manojos en bolsas de plástico y átalas bien antes de congelarlas.
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